Huancavelica, 17 de diciembre de 2019.- Al caminar por las calles sin asfaltar de Pazos, en la provincia de Tayacaja, Anderson Vilcapoma de la Cruz imagina casas más sólidas que las que hoy se levantan en su distrito, a unas tres horas de la ciudad de Huancavelica. Este deseo, que con el paso del tiempo se fortalece en la mente de este talento de Beca 18, estudiante de Ingeniería Civil en la Universidad Nacional de Huancavelica (UNH), no responde a fines estéticos, sino preventivos: hasta el 2017, alertaba el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), ocho de cada 10 viviendas de la región eran de materiales vulnerables ante los sismos.
“Cuando termine mi carrera, quiero trabajar con personas de bajos recursos, ayudándolas a reconstruir sus casas. En los alrededores de Huancavelica, por ejemplo, hay mucha gente que vive hacinada en chozas, con todos los riesgos que esto representa para su salud y seguridad. Los ingenieros tenemos una responsabilidad con ellos”, comenta Anderson, quien ganó el concurso Beca 18-2018, modalidad Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), convirtiéndose en el primer miembro de su familia que dejó el campo para acceder a una educación superior.
Hábil con las matemáticas desde muy pequeño, Anderson terminó la secundaria en el Colegio de Alto de Rendimiento (COAR) de Huancavelica. Esto significó salir de Pazos y trasladarse a la capital regional, tránsito que lo sobrecogía por la precariedad de las casas, construidas casi sin columnas, con barro, esteras, quincha o tapia, y la poca planificación urbana.
Cantera de ingenieros
Este panorama parece haber motivado a otros 862 jóvenes huancavelicanos como Anderson, quienes desde el 2012 a la fecha –según los registros del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación- ganaron el concurso Beca 18 para estudiar alguna de las especialidades de la Ingeniería. Esta cifra hace de Huancavelica la cuarta región del país con la mayor cantidad de becarios que eligieron esta profesión, luego de Lima (2,668), Junín (1,230) y Cajamarca (961).
“Anderson es muy perseverante y suele hacerme muchas preguntas en clase, siempre animado por aprender más. Esta es la principal característica de un investigador, por lo que pienso que puede llegar muy lejos, contando con el apoyo de la beca para que se concentre solo en sus estudios”, asegura Omar Siguas, profesor de Metodología del Trabajo Universitario y Educación Ambiental en la UNH, uno de los cursos favoritos de este prometedor muchacho.
“Un campo interesante en la ingeniería civil, aunque todavía poco generalizado en el Perú, es el de las casas ecológicas, pues son construcciones que pueden mitigar la contaminación, al no abusar de los recursos naturales y usar energías alternativas. Me gustaría implementar un proyecto de este tipo en Huancavelica, y llevarlo luego a todas las regiones”, explica Anderson, con la convicción de quien ha encontrado su propósito en la vida: mejorar la calidad de vida de las personas.