Rodeada de diminutas sillas rosa y con el mandil de colores salpicado de huellas de plumón, cortesía de sus traviesos alumnos, Luz Torres Tasayco termina cada día de trabajo en el colegio inicial Inmaculada Concepción, en el distrito limeño de Breña, con la satisfacción de haber cumplido la misión encomendada por el destino. Con 56 años de edad, y 39 de experiencia como docente, para esta orgullosa representante de la Carrera Pública Magisterial cada niño bajo su cuidado es un mundo de posibilidades, tal como su hijo Pablo Ochoa Torres, becario del Estado peruano tras haber ganado el concurso Beca de Excelencia Académica para Hijos de Docentes 2019.
“Aunque he vivido dificultades de todo tipo, ninguna afectó mis ganas de enseñar a mis niños, ni de formarlos con valores, ayudándolos a que se expresen y fomentando en ellos la solidaridad, responsabilidad y respeto hacia el prójimo. Desde que me levanto hasta que me acuesto, soy maestra. Si no lo sabrá mi Pablo”, cuenta Luz, entre risas.
Natural de Chincha Baja, en la región Ica, Luz descubrió su vocación cuando, poco después de terminar el colegio, ingresó a trabajar en el Programa No Estandarizado de Educación Inicial (Pronoei) que por aquel entonces funcionaba en su ciudad. Ella estaba a cargo de ir de casa en casa, preguntando por los niños en edad escolar que no asistían a la escuela y, si los encontraba, debía convencer a sus padres de lo importante que era su educación.
Su hijo Pablo, quien este año, tras ganar la beca Excelencia Académica para Hijos de Docentes, inició sus estudios de Ingeniería Industrial y de Sistemas en la Universidad de Piura, sede Lima, afirma: “Desde que tengo memoria, en mi casa siempre se ha hablado de la educación como la base de todas las aspiraciones. Si quieres ser alguien en la vida, estudia. Y persevera en lo que elijas. Me decía mi mamá”.
“Mi madre es un ejemplo de perseverancia, ella siguió la Carrera Pública Magisterial para continuar escalando en su profesión. Gracias a ello, pude acceder a una beca que reconoce y revalora el servicio de los docentes, permitiéndonos a nosotros, sus hijos, estudiar una carrera en las mejores instituciones”, dice orgulloso Pablo.
Para Luz, la seguridad de que el mayor de sus dos hijos contará con el apoyo del Estado hasta culminar sus estudios profesionales ha sido el mejor regalo que su vocación pudo darle.
“Todos los padres nos esforzamos para darle lo mejor a nuestros hijos, dentro de nuestras posibilidades. Gracias al Estado, mi hijo accedió a una beca, en mérito a su esfuerzo. Sé que él será un excelente profesional porque tiene sus metas muy claras, y espero que muchos más jóvenes como él puedan hacer realidad sus sueños”, asegura, orgullosa.
Pablo Ochoa Torres ganó este año la beca Excelencia Académica para Hijos de Docentes, que pone en concurso todos los años el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.