Lima, 14 de marzo de 2019.- En el oriente peruano, las cortes de carne del monte y el aroma intenso de los ajíes, las coconas y los aguajes, los cocinados sobre la leña, Jhovanny Mego Puente aprendió el arte fino de cocinar. La escuela, el orador de Huánuco, el trabajo en el campo de la vida. No sospechaba, entonces, que su futuro se encontraba entre ollas y sartenes, dirigiendo su propio restaurante, Jamero, en el distrito limeño de Surquillo.
“Me apasionaron los ingredientes, la variedad de todo lo que descubría en la Amazonía”, recuerda Jhovanny. En el año el 2015, después de enterarse que Beca 18 podría costearle la carrera de Cocina peruana e internacional, regresó a su nativo Huánuco para prepararse. Su objetivo estaba definido: ganar una vacante en una institución de calidad, de manera que por primera vez en su corta vida, podría dedicarse solo a estudiar.
“Siempre he buscado mejorar. Por eso, ni bien gané la beca y empecé a estudiar en el Centro de Formación en Turismo (Cenfotur) de Lima, busqué prácticas en diferentes restaurantes. Quería ser jefe de cocina, primero y ganar suficiente experiencia para cuando abriera mi restaurante. ¿Para qué trabajar para alguien si puedo trabajar para mí mismo?”, comenta.
Todos sus esfuerzos valieron la pena cuando Jamero, su restaurante anhelado, abrió sus puertas hace pocas semanas, en la calle Los Ángeles 113, a tres cuadras de la Av. Angamos. Es un ambiente pequeño, pero con una barra cómoda para compartir con amigos y disfrutar de las especialidades de la casa, como el ceviche, el tacu tacu relleno y el pan con pejerrey.
A la fecha ya son cientos de comensales, sobre todo vecinos y trabajadores a quienes les gusta disfrutar a un Jamero que, según nos explica Jhovanny, significa “quien jamea (come) bien o con ganas”.
“Gracias a la oportunidad de la beca. Poco a poco seguiré superándome y sobretodo innovando con las preparaciones, cocinando siempre con gusto”, asevera.
#SoyTalentoPronabec
