Lima, 22 de marzo de 2019.- Ataviadas en impecables batas blancas, con las manos firmes y la mirada fija de quienes saben lo que están haciendo, tres talentosas universitarias becadas por el Estado desarrollaron un purificador de agua que funciona con energía solar y permite –en un lapso de 60 segundos– convertir hasta tres litros de agua de cisternas y pozos sin tratar en agua apta para el consumo humano.
El purificador, denominado Alim Yaku (agua limpia o saludable), surgió como un proyecto académico de las becarias Karla Villalobos, Mly Huiza y Hiromy Mezahuamán. Ellas tienen 21 años y cursan los últimos ciclos de Biología, Farmacia y Bioquímica y Nutrición, respectivamente, en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, gracias a una beca del Estado otorgada mediante el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.
“Una de las cosas que más recuerdo de mi ciudad es lo difícil que era conseguir y tratar el agua. Según la zona en la que te encontrabas, tenías agua por unas dos horas y esta no estaba precisamente limpia o apta cuando la recogías. Había que hervirla y, para eso, gastabas en luz o gas, aparte de lo que ya te pudo haber costado comprarla”, comenta Karla, quien en el 2014 dejó su natal Jaén, en la región Cajamarca, para estudiar en Lima.
Sus compañeras Mly y Hiromy, naturales de Huasahuasi y La Oroya (ambas en la región Junín), compartieron experiencias similares con relación al acceso a este importante recurso en sus localidades. Por ello, al coincidir en la universidad, unieron sus habilidades para construir un dispositivo compacto que, dotado de un filtro de carbono y una lámpara UV, libera de partículas y microorganismos al agua no tratada. Pensando en su potencial social, pues son las zonas más deprimidas y de difícil acceso las que carecen de servicios básicos y recursos económicos, las becarias optaron por alimentar a Alim Yaku con energía limpia no contaminante, a través de una conexión con paneles solares.
“Si bien en el mercado tenemos filtros o dispositivos de todo precio para purificar el agua, la mayoría solo las libera de partículas y deben ser reemplazados cada cierto tiempo, lo cual puede ser costoso para las familias. En el caso de Alim Yaku, en cuya producción invertimos unos S/350, hemos corroborado en el laboratorio que el agua está libre de microorganismos”, explica Mly, quien en enero pasado representó a sus compañeras en la primera temporada del concurso televisivo La gran idea, en el que el purificador alcanzó el tercer puesto entre todos los inventos.
A la fecha, las becarias ultiman detalles para iniciar pruebas de campo con Alim Yaku en dos distritos de Lima. Además de medir el uso que le darán sus potenciales beneficiarios, ellas desean corroborar la efectividad del tamaño y portabilidad del purificador, pues confían en que también sirva en situaciones de emergencia como sismos, desbordes de ríos y huaicos.
“A estas alturas del siglo XXI los peruanos deberíamos contar con formas seguras y eficientes para que el agua llegue a todos. Gracias a la educación que recibimos, nosotras, como científicas y profesionales, podemos hacer algo al respecto y contribuir para mejorar la calidad de vida de las personas”, afirma Hiromy, secundada por sus compañeras.